Las bofetadas tenían un doble propósito: causarme dolor y arrancarme lo que aún me quedaba de persona. Convertirme en cosa, sin nombre ni capacidad de sentir algo, lo que fuera. Hasta el dolor se transformaría después en algo ansiado.
Cosa
Creado por Erick Strand | Jul 24, 2018 | Microrrelato | 0 |
